sábado, 14 de noviembre de 2009

Asesinato perfecto.

Tu cuerpo sobre la cama,
Tus ojos empapados en lágrimas
Mis labios se acercan a los tuyos
Tus manos tocan mi capa.

Comienzas a sentir el escapar de tu alma
Tus ojos se pierden en la nada
Tu sonrisa se desvanece
Y tu cuerpo inerte queda desolado.

Mi cuerpo se alimenta de tu esencia
Mis manos se mantienen frías pero las invade un profundo calor
Tu cuerpo impuro permanecerá ahí hasta la mañana siguiente
Nadie sabrá lo ocurrido.

Partiré a otro lado del mundo
Donde tengo otro beso que dar
Donde mi nombre permanece
Cuando tu vida se va.

jueves, 5 de noviembre de 2009

La muerte se lleva más de una vida.

Amor eterno que se lleva a la tumba,
Suspiro melancólico que yace en tu vientre.
Tristeza solitaria que es jalada por tu risa,
Pues como suave criatura que en sueños me visita
Lanza una caricia desde sus labios que a mi cuerpo excita.

Silueta exquisita que tu cuerpo simboliza,
Tierna musca que diste alegría a mi vida,
Besos intransigentes que se deslizan
Cual suaves gotas de rocío sobre la rosa marchita,
Negra noche que me arranca tus caricias,
Sinvergüenza muerte que vuelve cada día.

Eterna melancolía que me ha causado tu partida,
Pues no te has llevado solo una, sino dos vidas a con tu muerte
La tuya por destino y la mía como confidente
Hermosa reina de mis sueños
Que te he perdido por capricho de la luna.

Sí, extraño tus labios menos que tu risa,
Pues tu risa era la alegría que guiaba mi vida,
Como bella chispa en noches de penumbra
Y sol al medio día.

Pido a gritos que vuelva aquella inconsciente
Y que también a mi me dé muerte,
Que se lleve la risa, pero deje la sonrisa
De aquella alegría que me produce volver a verte,
Cual niño con juguete que se riza
Mi anhelo de volver a verte me enloquece.
Alouqua

Descripción de una muerte desdichada

Sesenta lunas sin tu suave caricia,
Tristeza que atormenta la mente,
Deseosa muerte que pido enseguida,
Recuerdo de tu vida que carcome mi alegría.

Pálido se ha vuelto el color de mi piel,
Insípido el sabor de la vida,
Lóbrega la noche que me envuelve en su manto solemne;
Mi corazón pide muerte al ya no verte.

Seco mis ojos pero quedan húmedos
Un tono carmín los tiñe de repente,
Palpable es el dolor que sostiene mi alma
Solitaria, y la alegría se esconde debajo del llanto.

No pido que vuelvas
Pues se aquello es imposible,
Pero sí invoco a la noche
Y con ella a su majestad, la muerte.
  Alouqua

Carta al cadáver de mi amante.

Caminaba por el panteón de la colonia aquel 1 de noviembre; solíamos apreciar con gran emoción todas las ofrendas que se encontraban en cada tumba, pero ya no más. Todo cambió desde hace nueve meses, que tu silueta se aparto de este mundo y me has dejado sólo en esta vida.
  Mire con triste una ofrenda en especial, aquella que colocaban dos adolescentes sobre la tumba de su madre, mis ojos se llenaron de tristeza, mientras creía sentir tus manos sobre mi rostro intentando calmar mi llanto. Continúe mi camino hasta hallar tu tumba, las lagrimas reprimidas desde hace nueve meses salieron incontrolablemente como si estas tuvieran vida propia, levante las malas hiervas que habían crecido alrededor de tu lecho y coloque la manta que te compre sobre él.
  Lentamente desenvolví la comida que te había traído, recordé la primera noche que cenamos juntos, y el hermoso vestido que tenías aquella velada. Chocolate caliente, un poco de mole, unos cuantos dulces de chamoy que tanto te gustaban, tejocotes en almíbar, y una veladora hermosa de colores blanco y carmín, que escogí especialmente para este día.
  Sentí una brisa sobre mi cabello ya canoso y de momento creí escuchar tu voz. Intente quedarme con tigo lo más que pude, pero el frío era intenso y mi cuerpo corazón no resistía más aquella pena de verte solamente en mis recuerdos. Salí del panteón y volví a casa, la cama como siempre estaba tendida, esperando a que llegáramos ambos, pero solo volvía uno. El viento silbaba como mar agitado y el roce de las ramas de la higuera contra la ventana era casi como si la noche tocara pidiendo que la dejara entrar.
  Fui a dormir, alrededor de las once sentí que alguien me observaba, desperté inmediatamente, rogando más que pidiendo que fueras tú la que había venido a visitarme, mis ojos te veían pero mi corazón se negaba a que esto sucediera… te mire, ¡Oh estabas tan hermosa, tan radiante y tan encantadora como siempre lo habías estado! Mis manos intentaron tocarte pero solamente sentían el desvanecer de tu silueta entre los dedos.
  Me resigne a perderte de nuevo, tus ojos encontraron a los míos, hermoso instante el que he vivido, este que me has regalado. Intente tocar tus labios pero sentí solamente el frío de la tierra que te había mantenido durante tanto tiempo separada de mí. Tus labios se abrieron lentamente y me dejaron escuchar tu voz por última vez:
-Te amo, como siempre jure hacerlo, mantener esta dicha de tu amor a lado de mi alma. Ahora te toca a ti aceptar que me he ido, déjame seguir mi camino, pues jamás dejare de ser tuya… deja que tu vida siga el curso, agradezco lo que haces, pero es momento de que te permitas seguir- Intente contener mis lagrimas para no denotar la tristeza que tus palabras me producían, prometí aquella noche que te dejaría seguir tu camino, pero jamás prometí no seguirte en ese trayecto.
  Hoy amor mío me encuentro a lado de tu tumba dejando esta carta que será mi pacto con tigo, te seguiré a donde quiera que haga falta, mis cincuenta y ocho años no me impiden seguir sintiendo lo que de adolescentes sentimos, tomare tu mano de nuevo y el viento no será el que me robe el calor de tu boca.
Amor mío hoy me despido de ti para poder dar inicio a esta nueva vida a tu lado.
  Alouqua

domingo, 11 de octubre de 2009

aguas turbias

Gotas suaves... gotas ardientes
lagos de sal.... lagos de amor
agua turbia... agua mortal
soles que secan los rios que llevan tu amor
nuves que diseminan la obscuridad de los mares de dolor

Gotas suaves, ardientes en pasion
gotas ligeras perdidas en discresion
amantes que se bañan en aguas de dolor
amargas noches que llevan la lluvia prosediente del corazón

agua dulce agua sin sabor
perdida por su mezcla sin color
trasendente entre los dedos del amor
aguas turbias aguas de amor.

sábado, 10 de octubre de 2009

PABLO NERUDA

Hemos perdido aun este crepúsculo.
Nadie nos vio esta tarde con las manos unidas
mientras la noche azul caía sobre el mundo.

He visto desde mi ventana
la fiesta del poniente en los cerros lejanos.

A veces como una moneda
se encendía un pedazo de sol entre mis manos.

Yo te recordaba con el alma apretada
de esa tristeza que tú me conoces.

Entonces, dónde estabas?
Entre qué gentes?
Diciendo qué palabras?
Por qué se me vendrá todo el amor de golpe
cuando me siento triste, y te siento lejana?

Cayó el libro que siempre se toma en el crepúsculo,
y como un perro herido rodó a mis pies mi capa.

Siempre, siempre te alejas en las tardes
hacia donde el crepúsculo corre borrando estatuas.

Muerte amante

Más halla se la muerte y más halla de tu recuerdo
perdido o escondido en un mar de lagrimas
eterno y verdadero
pasiente y constante asi es mi amor por ti

Lejano como las estrellas
Calido como el sol ardiente
suave como el terciopelo de tu piel
asi es el amor, asi es mi amor por ti

Amor verdadero
amor eterno
promesa de una vida mas halla de tu partida
encuentro pasajero que viene con la muerte
amor perdido amor maldecido

Tristezas del alama a la perdida de lo querido
más sueños que vuelven con la sonrisa de la muerte
muerte amiga muerte confidente
Aliada y enemiga en la busqueda de tu partida